Consiste en el depósito de espermatozoides, de forma no natural en el interior del útero con el objetivo de conseguir un embarazo. Con la IIU, se alcanza un 20 a 25% de probabilidades de embarazo por intento. Se recomienda hasta 4 ciclos consecutivos, con los que se conseguirá 60% de éxito. De no haberse conseguido un embarazo, se recomienda considerar pasar a una fertilización in vitro. Una vez conseguido el embarazo, su desarrollo es normal y el riesgo de perderlo o de una malformación congénita es el mismo que en un embarazo obtenido de manera natural.